lunes, 5 de diciembre de 2016

La Rochelle e Ille de Ré


La Rochelle, importante ciudad de la costa atlántica de Francia con sus casi 80 000 habitantes, es la capital del departamento de Charente Marítimo. Mencionado ya en el siglo X como pequeño pueblo de pescadores, tuvo su mayor auge al convertirse en el principal puerto corsario y negrero, junto con Nantes.
La ciudad mantiene todo su encanto de los buenos tiempos. Son típicas las calles porticadas, sus calzadas empedradas y, sobre todo, el puerto viejo, con sus dos torres en la bocana, recuerdo de su importancia marítima. Los alemanes, durante la II Guerra Mundial, instalaron una base de submarinos dada su posición estratégica.

Catedral de San Luis (s. XVII)
Palacio de Justicia (s. XVIII)




Le gross horloge (el gran reloj) S. XIV


La Place Barentin, con la torre del Gran Reloj

Bocana del puerto viejo. A la izquierda la torre de San Nicolás; a la derecha, la torre de la Cadena (s. XIII)

Quai Duperre

puerto deportivo 



Uno de los edificios emblemáticos de la ciudad es su ayuntamiento. Para nuestra sorpresa y gran disgusto, comprobamos que había sufrido un gran incendio tres años antes, con lo que nos encontramos con todo cubierto de paneles que impedían verlo, teniendo que conformarnos con la serie de fotografías antiguas y las relativas al incendio.

L´Hotel de Ville


Torres del puerto viejo


Torre de la linterna

Torre de San Nicoás
Frente a la costa de La Rochelle se encuentra la Isla de Ré (Ile de Ré), un paraíso natural protegido, remanso de paz y tranquilidad. En 1988 se unió al continente mediante un puente de 3 km. Tiene una longitud de 30 km y una anchura máxima de 5, y está compuesto de 10 comunas o pueblecitos. Nosotros, por falta de tiempo, sólo pudimos ver el principal de ellos, Saint Martin de Ré.
Se ha convertido en uno de los destinos más exclusivos de los franceses.












sábado, 3 de diciembre de 2016

Burdeos y Saint Émilion

Burdeos


Aprovechando el puente de la Constitución en España, decidimos visitar una de las ciudades más importantes de Francia, tanto económica como turísticamente hablando: Burdeos, o Bordeaux como se escribe en francés.

Es una ciudad portuaria, capital de la región de Nueva Aquitania y de la prefectura del departamento de Gironda. Con una población de 239 157 habitantes en la ciudad y 719 489 en la Comuna urbana de Burdeos, es la ciudad más importante de Francia, después de Paris, Marsella, Lyon y Toulouse. Su área metropolitana cuenta con 1 114 857 habitantes (Wikipedia) A dos horas y media desde España, esta gran ciudad reúne el ambiente clásico de su pasado glorioso con los nuevos aires que la han convertido en un centro industrial de importancia mundial.

La parte antigua se situa en la margen izquierda del río Garona, próximo a su desembocadura, formando un semicírculo llamado el Puerto de la Luna, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es, después de París, la ciudad francesa con más monumentos históricos.

 La ciudad dispone de un excelente transporte público, donde destacaría el servicio de travías, similar al metro en superficie, lo que te permite moverte con agilidad y al mismo tiempo disfrutas del paisaje. Sólo dispone de tres líneas (A, B y C), pero son suficientes para recorrer la ciudad. Todo el casco histórico se puede recorrer a pie sin ninguna dificultad.

Dadas las fechas que eran (primeros de diciembre), la ciudad estaba engalanada para las Navidades, lo que la hacía más atractiva si cabe para los visitantes.
Nos pareció que Burdeos era muy cara, sobre todo en la zona más turística (como siempre). Nosotros nos decidimos por el Hotel Ibis Styles Bordeaux Meriadeck, que tiene una parada de tranvía enfrente y se encuentra cerca de la catedral de San Andrés (s. XI-XVI)

Parte trasera de la Catedral

Fachada principal


Junto a la Catedral se encuentra el Hotel de Ville (Ayuntamiento) formando una plaza muy acogedora entre ambos edificios.En la foto de abajo se puede ver el conjunto, con la catedral a la derecha, el ayuntamiento (Hotel de Ville) a su izquierda y el Palacio de Justicia abajo a la izquierda.



Hotel de Ville (Ayuntamiento)


A través de la Línea A del tranvía se llega al centro histórico, aunque nosotros lo hicimos caminando. Tras dejar atrás nuevos barrios de modernos edificios de oficinas, nos dirigimos hacia el río Garona

Al llegar a la altura de la calle Sainte Catherine vimos un mundo de gente por lo que nos animamos a unirnos a la riada humana. Se trata de una calle transversal, peatonal y que contiene gran cantidad de tiendas de todo tipo. Todo un espectáculo al que se unían todos los adornos navideños, tanto callejeros como de los establecimientos. Además, se monta un mercadillo de los más animado en la plaza cerca del Gran Teatro, donde probamos un sabroso Vin Chaud (vino caliente) que se agradecía dadas las bajas temperaturas que nos recibieron.



Galerías Les Grands Hommes

 Cerca de la Plaza de la Bolsa se encuentra la Plaza del Parlamento, donde hay gran cantidad de restaurantes y hay muy buen ambiente. Alrededor de esta plaza se pueden encontrar lugares para comer/cenar de todo tipo y precio, aunque el menú del día es raro que baje de 20 €, y las consumiciones pueden resultar carísimos (un café, 4 €) Siguiendo hacia el río, llegamos a la Plaza de la Bolsa o Plaza Real (Place Royal), próxima a la orilla. Yo creo que este es el lugar más emblemático de la ciudad: tres edificios forman un semicírculo abierto al río, y, entre esta plaza y el Garona se encuentra el punto más fotografiado por todos los turistas: le Miroir del´eau (el espejo del agua). Es un espectacular rectángulo que se cubre de agua, formando una superficie lisa donde se reflejan en todo su esplendor los edificios de la plaza. Si de día es espectacular, de noche, con la iluminación, te deja sin palabras.

La plaza de la bolsa y el Espejo del agua

Subiendo por la calle del Sombrero Rojo (Chapeau Rouge) llegamos a uno de los puntos más animados de la ciudad, el Gran Teatro, inaugurado en 17 de abril de 1780, y sus alrededores, donde es de destacar la Plaza Quinconces, donde se estaba desarrollando una gran exposición de antigüedades, y el magnífico monumento a los Girondinos.

El Gran Teatro

Monumento a los Girondinos, Plaza de Quinconces
El Gran Teatro


Otro de los sitios emblemáticos de Burdeos, y sobre todo para los amantes del buen beber, es la Cité du vin (ciudad del vino), exposición del mundo de la enología, en el que la ciudad y sus caldos es famoso a nivel mundial (entrada, 20 €)
La Cité du Vin
Exposición y venta de vinos de todo el mundo




Junto a la Cité du vin se encuentra el puente más moderno de la ciudad, el Jaques Chaban Delmas, una peculiar construcción que permite el paso de grandes barcos. No tuvimos la oportunidad de verlo en acción, pero os dejo una foto de internet para que os hagáis una idea. Imaginar que "el sombrero" es habitualmente la calzada para los vehículos y caminantes

Foto de internet
Merece pasear sin rumbo por las calles del casco histórico de la ciudad y disfrutar del ambiente (diurno), apreciando del estilo arquitectónico de sus edificios, muy del estilo de París o Donostia, descubriendo rincones de lo más agradables.

Palacio de Justicia

Puerta de la Gross Close (gran campana)

Puerta de Borgoña

Hotel de Region
Cementerio de la Chartreuse

Escuela San Bruno

Puerta Dijeaux





Iglesia de Notre-Dame


Puerta Cailhau

Iglesia de Saint Pierre
 


A 35 kilómetros de Burdeos se encuentra Saint Émilion, pequeño pueblo de 3 500 habitantes que viven por y para el vino, del que son referente mundial. La Jurisdicción de Saint Émilion, formada por 22 aldeas, fue inscrita en 1999 como Patrimonio de la Humanidad.

El pueblo parece haber parado su reloj biológico, siendo un placer pasear por sus empinadas callejuelas empedradas.

Iglesia monolítica y su campanario


cuestas empinadas

Panorámica

Torre del Rey

Lavadero

Ambiente en la plaza de la iglesia monolítica

Mercado cubierto

Casa de la cadena

Panorámica

Plaza de la iglesia monolítica

Iglesia-claustro de Saint Émilion

Campanario de la iglesia monolítica