En nuestro viaje hacia Centroeuropa no quisimos desaprovechar la ocasión de detenernos en Alsacia y ver uno de sus pueblos más emblemáticos y, por tanto, más turísticos: Colmar.
Ciudad medieval muy bien conservada, es un buen ejemplo de la arquitectura gótica alemana y primer renacimiento de la época gloriosa de la región, zona de múltiples disputas entre Alemania y Francia, quien se la quedó definitivamente tras la segunda guerra mundial.
Un recorrido por la parte vieja, a través de la Grand Rue, nos permite disfrutar de preciosas casas perfectamente conservadas, canales que cruzan la ciudad, y flores, muchas flores que lo adornan todo. Las callejuelas son un hervidero de terrazas y de turistas pero el ambiente consigue que no se pierda la calma, y que se pueda seguir paladeando el buen gusto germano-frances.
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Place de la Mairie |
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Casa de los Pastores Protestantes |
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Grand Rue |
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Fuente Roesselmann |
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La pequeña Venecia |
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La pequeña Venecia |
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Mercado |
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Muelle de la Pescadería |
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